Capítulo sobre embarazo adolescente
Sabemos que el ser humano es sexuado y por tal razón no podemos pretender que nuestros adolescentes no tengan relaciones sexuales, más si la sexualidad adolescente está contemplada dentro de los derechos humanos. Pero lo que no es posible entender es ¿Por qué no se protegen?
Cuando se es adolescente se quiere saber todo sobre el amor y el sexo, pero desafortunadamente no se cuenta con elementos apropiados para poder ser conducidos.
Los primeros años después de la pubertad son de muchísima vulnerabilidad, el proceso del desarrollo neurológico no es independiente del contexto como tal y todas las actividades que desarrollen llevarán al moldeamiento de la arquitectura cerebral, razón por la cual siempre se ha dicho que los adolescentes no están en capacidad de percibir el riesgo y por eso asumen la cadena de riesgo adolescente permanentemente (alcohol, cigarrillo, drogas, sexo temprano desprotegido, violencia y delincuencia), con sus implicaciones.
Lo que no quiere decir que no se mantenga una importante plasticidad cerebral durante los años posteriores. Pero en la práctica lo que hemos observado es que después de los 15 o 16 años, la toma de decisiones de un adolescente difiere muy poco de la de los adultos, lo que nos permite deducir, que parte de las conductas que ellos asumen dependen de la formación que hayan recibido en casa y en el colegio.
Diría que la toma de decisiones de los adolescentes depende más de la formación que les demos durante los primeros 5 años de vida. Si a nuestros niños desde pequeños les enseñamos a tener límites claros, les aportamos las herramientas necesarias para adquirir una adecuada autoestima y les enseñamos a manejar la adversidad, muy seguramente les permitiremos que estén en la capacidad de tomar decisiones asertivas y no incurran en conductas de riesgo.
